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La batida

29.08.2009 09:30

La distancia alcanzada en un salto de longitud va a depender, sin considerar la habilidad del atleta para optimizar la fase de recepción en el foso, de tres parámetros. Todos ellos referidos a la trayectoria que va a seguir el centro de gravedad del atleta en la fase de vuelo, una vez concluida la carrera y realizada la batida: 1. La velocidad de salida; 2. El ángulo de salida y 3. La altura de salida.

Un especialista de longitud debe alcanzar un equilibrio entre los dos primeros, ya que el último va a depender sobre todo de su talla. El problema radica en que a medida que la velocidad de entrada en la tabla es mayor, hay más dificultades para obtener un buen ángulo. Cuando Mike Powell batió el récord mundial de longitud (8,95 m. en 1991), su velocidad de entrada a la batida fue de 9,77 m/s, con un ángulo alto  de 23º. Carl Lewis conseguía ángulos inferiores a 21º pero lo compensaba con velocidades superiores a los 10 m/sg.

En los últimos mundiales Bolt corrió en más de 12,42 m/s. Pero la eficacia del salto de longitud se mide por la transferencia de la pérdida de velocidad horizontal en ganancia de velocidad vertical. Si el jamaicano fuera capaz de alcanzar un ángulo de 23º, con una velocidad de entrada de 11 m/s, en torno al 88% de su máxima, superaría ampliamente los 9 metros.

Pero antes tiene que desarrollar la habilidad de controlar la batida, aspecto que suele diferenciar a los especialistas de longitud de los velocistas.

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