Potencia en estado puro
05.08.2008 10:24Finaliza la intensa carrera de Maurice Greene, uno de los últimos valuartes de la inagotable cantera norteamericana de velocidad. Detrás de sus triunfos queda el enorme esfuerzo que tuvo que realizar para poder cosechar un ramillete de títulos y, sobre todo, haber sido recordman mundial de los 100 metros.
Su estructura muscular le permitía expresar una puesta en acción prodigiosa. En general, a niveles de 9.80 en 100 metros, el 60-70% del tiempo invertido se basa en la capacidad acelerativa. Green poseía la suficiente potencia como para alcanzar una gran velocidad en poco tiempo. Pero, además, era capaz de incrementarla con una enorme eficiencia, fruto de una técnica muy cultivada, hasta superar con creces el ecuador de la prueba.
El mejor legado y demostración de su portentosa aceleración es que todavía en la actualidad posee el récord mundial de 60 m. en Pista Cubierta con 6.39 (Madrid, 1998).
También interpretaba la carrera con un gran equilibrio en la distribución del esfuerzo. El segundo tramo del hectómetro (50-100 metros) solía recorrerlo en torno a 1.25 segundos menos que la primera, es decir más rápido. En su estado de forma ideal no perdió ninguna prueba de 100 metros en la que hubiese pasado en primer lugar por la mitad de la carrera.
No debemos olvidar que Maurice Green también fue doble campeón mundial de 100 y 200 metros en Sevilla 1999, por lo que, asimismo, poseía una desarrollada capacidad de soportar la máxima velocidad en los últimos tramos con un deterioro mínimo de la misma.
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