Clasificación de la capacidad motriz
El análisis de la literatura deportiva ofrece una gran proliferación de clasificaciones referidas a las capacidades condicionales (Gundlach, 1.968), también denominadas factores de condición física (Weineck, 1.988), cualidades físicas (Zaciorskij, 1.966, Matveev, 1.977), cualidades físicas básicas (Dick, 1.993), capacidades motrices (Frey, 1.977) etc. Todas ellas tienen en común que representan las capacidades fundamentadas en la eficiencia de los procesos energéticos (plásticos y metabólicos) y en las condiciones orgánico-musculares del hombre (Manno, 1.991).
Las capacidades condicionales proceden de la clasificación efectuada por Gundlach (1.968) en la que se dividía la capacidad motriz del hombre en capacidades condicionales y capacidades coordinativas. La denominación de condicional responde a que se desarrollan mediante la mejora de la condición física (general o especial) y por el hecho de mediatizar el rendimiento deportivo.
El término de condición física es reconocido por Legido et al. (1.995) como aptitud biológica que representa un conjunto de cualidades orgánicas, anatómicas y fisiológicas que permiten al individuo afrontar esfuerzos físicos laborales o deportivos. Su estudio viene desarrollándose desde principios de siglo a través de médicos y otros especialistas, dirigiendo su atención prioritaria hacia aquellos grupos de población que requieren una motricidad especializada: bomberos, policías, soldados, deportistas, etc. Otros autores, como Blázquez (1.990) se refieren a que en el campo de la educación física y el deporte los términos de condición física, aptitud física y condición motriz se utilizan como sinónimos.
Existen quienes las dividen en capacidades orgánico-musculares (las condicionales) y en perceptivo-cinéticas (las coordinativas) (Bouchard, Vbrunelle, Goudbout, 1.977). Las capacidades condicionales se encuentran limitadas por la eficiencia del metabolismo energético y son básicamente tres: la capacidad de fuerza, la capacidad de resistencia y la capacidad de velocidad (Barbanti, 1.988). Estos factores limitantes dependen de la disponibilidad de energía en los músculos y por los mecanismos que regulan su abastecimiento (enzimas, velocidad y fuerza de las contracciones debida a la calidad de las unidades motoras). Por su parte, Grosser, Bruggeman, Zintl (1.989) incluyen en este apartado exclusivamente a la fuerza y resistencia, que son componentes de las demás cualidades complejas o intermedias: velocidad-resistencia, la fuerza-resistencia o la potencia (fuerza-velocidad).
Las capacidades coordinativas están determinadas por la capacidad de captación y elaboración de las informaciones por parte de los analizadores implicados en el movimiento (tactiles, cinestésicos, vestibulares, ópticos, acústicos) y en la formación de las habilidades motoras y sus realizaciones. Por su parte, las capacidades motoras representan, en definitiva, las condiciones motoras de tipo endógeno que permiten la formación de habilidades motoras; son un conjunto de predisposiciones o potencialidades motrices fundamentales en el hombre que hacen posible el desarrollo de las habilidades motoras aprendidas (Manno, 1.991).
A pesar de que habitualmente la fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad se incluyen en la clasificación de las capacidades físicas, existen diferencias notables entre las mismas. Tanto la fuerza como la resistencia se encuentran limitadas por la eficiencia del metabolismo energético. Sin embargo la velocidad, en especial de carrera, debería ser entendida como capacidad derivada, mixta o polivalente, dependiente de la aplicación de una fuerza y como efecto exclusivo de esta última (Vittori, 1.990). En este sentido otros autores se refieren a la velocidad como una capacidad intermedia y no propiamente condicional teniendo en cuenta que no tiene una dependencia tan acusada de los factores limitantes del tipo energético, sino una estrecha relación e influencia de factores coordinativos (Zaciorsky, 1.972). También la flexibilidad, tiene una alta vinculación a los procesos de dirección del sistema nervioso central. En cualquier caso, desde una perspectiva general, consideramos a las cuatro capacidades como integrantes fundamentales de la condición física.
Diapositiva 1: Clasificación de las capacidades motoras; (tomada de Grosser, 1.981).
La optimización del rendimiento deportivo, al margen de los aspectos tácticos, entre otros, se encuentra condicionada por los niveles de coordinación (técnica) y capacidades condicionales (ver diapositiva 1). Es decir, técnica y condición física representan un binomio estrechamente vinculado. La carencia de una de ellas, por si misma, puede debilitar o entorpecer el éxito deportivo. Por ejemplo, un niño no puede expresar altos niveles de velocidad de desplazamiento si no dispone de la coordinación mínima que exige la carrera rápida, entre otros requisitos. Del mismo modo, no es posible ejecutar con corrección técnica un salto con pértiga, si no se posee el suficiente nivel de condición física, en especial de fuerza y velocidad. Por lo tanto, en el diseño de tareas dirigidas hacia la mejora del rendimiento atlético, es preciso poner énfasis en ambas capacidades de forma equilibrada, considerando las exigencias de cada prueba.