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El marco del concepto de la salud

El concepto de la salud ha ido evolucionando a través de la historia, según el paradigma dominante de cada época, por lo que no está exento de matices y precisiones. Cada persona percibe el término de manera distinta, dependiendo, entre otros, de factores culturales, socioeconómicos, religiosos o medioambientales. Esta combinación de influencias condiciona el patrón personal de estar o sentirse sano. La salud es algo que todo el mundo sabe lo que es hasta el momento en que la pierde[i]. La interpretación subjetiva y perceptiva de cada individuo se complementa con otra visión objetiva y más profesional, y no siempre coincidente, basada en un modelo explicativo científico que está caracterizada por la conducta más o menos medible en el área biológica, psicológica y social. Esta duplicidad a la hora de interpretar la definición constituye una de las dificultades y motivo de discusión para la búsqueda de parámetros de medición de la salud y la enfermedad[ii].

La muerte prematura, como efecto irreversible de una enfermedad, se contrapone a un elevado nivel de salud, al que no todo el mundo puede acceder. En la parte media, entre estos extremos, se encuentra la mayoría de la población. Y en esta zona central no se reconoce con claridad la frontera entre la salud y la enfermedad, ya que no siempre es fácil diferenciar lo normal de lo patológico. Por ello cada definición de la salud lleva acuñada el contexto en el que se realiza. Dentro de los más significativos destacan el biológico; el sociológico y el filosófico.

Contexto biológico. A través de una visión histórica se puede comprobar que son precisamente las definiciones que restringen la salud a lo estrictamente corporal las que han tenido mayor grado de proliferación. El paradigma biológico interpreta la salud como la ausencia de enfermedades.  Por ejemplo, en el año 1775 se indica, a través del célebre Samuel Johnson Dictionary, que la salud consiste en estar robusto, ileso o carente de malestar, dolor o enfermedad. Esta tendencia biológica se refleja en el Diccionario de la Lengua Española[iii] en el que se indica que la salud es un estado en que el ser orgánico 

ejerce normalmente todas sus funciones o bien un estado normal de las funciones orgánicas y psíquicas[iv]. No obstante, la evolución de la ciencia permitió evidenciar las carencias de estas definiciones, ya que se apreció que no existe una línea precisa que delimite la salud de la enfermedad, considerando que la salud representa un proceso complejo que no sólo depende de la ausencia de enfermedad.

Contexto sociológico. Como contraposición al paradigma biológico surge una tendencia integracionista, ubicada en el contexto sociológico y centrado de forma prioritaria sobre el individuo y el entorno social en el que se desarrolla y no sobre la enfermedad.  La salud es el estado de capacidad óptimo de un individuo para la realización efectiva de los roles y las tareas para los que ha sido socializado[v]. Con ello se interpreta a la salud como un equilibrio dinámico, en continuo movimiento y dependiente de las oscilaciones de variables biológicas, sociales y psicológicas, que interactúan entre ellas en continua evolución. La alteración de cualquiera de estas áreas tendrá repercusiones sobre las demás, lo que exigirá al individuo el esfuerzo necesario para restablecer el equilibrio, dependiendo de sus propias capacidades, recursos y calidad de vida. En la actualidad la salud integral del individuo se contextualiza dentro de la salud integral de toda la sociedad, ya que se potencian y se interrelacionan  entre sí. A una mayor salud individual, mayor salud colectiva y viceversa. Sin duda, el nivel de desarrollo de un país se evalúa también por el grado de salud, o lo que es igual, por el grado de bienestar integral de sus habitantes.

Ya en el año 1946, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ofreció una definición más polifacética de la salud, ratificada luego en 1978, al indicar que representa un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedade[vi]. Con esta declaración se intenta conciliar y poner de manifiesto también la relevancia de los factores físico, mental y social. Incluso, llega a desprenderse de que la sensación de bienestar no necesariamente  debe ser total al afirmar que la salud es un estado de bienestar físico adecuado que no necesita ser completo, y en el que no hay alteraciones significativas de las funciones corporales[vii]

Ese posicionamiento de la OMS, estimula la reflexión sobre la interpretación personal que cada individuo entiende por un estado de completo bienestar y supone un desafío para las políticas sanitarias en su afán de alcanzarlo. Con esta pretensión se deduce también la necesidad de incorporar a diferentes especialistaen la atención sanitaria para que constituyan grupos multidisciplinares de trabajo

Contexto filosófico. Desde una perspectiva  filosófica se identifica a la salud con un estilo de vida autónomo y responsable que permita al individuo desarrollar los valores propios del ser humano, como un  hábito psicoorgánico al servicio de la vida y de la libertad de la persona; y consiste tanto en la posesión de esa normalidad como en la capacidad física para realizar los proyectos vitales de la persona en cuestión[viii]. En este contexto hay que diferenciar el modo del estilo de vida. El modo de vida, consiste en la organización de los grandes grupos sociales como por ejemplo los tipos de viviendas, lo servicios de salud o las instituciones educacionales. Sin embargo el estilo de vida se asocia la particular forma de vivir las personas de forma individual: si es fumador; sus dietas; sus hábitos de ejercicio; su conducta sexual, etc.

Por su parte Devís et al. (2000) enriquecen el marco conceptual de la salud al indicar que supone el logro del elevado nivel de bienestar físico, mental, social y de capacidad de funcionamiento, así como del reducido nivel de enfermedad que permitan los cambiantes y modificables factores políticos, sociales, económicos y medioambientales en los que vive inmersa la persona y la colectividad[ix]. De esta manera se concilian los diferentes paradigmas que han tenido relevancia a través de la historia, a la vez que expresa las fluctuaciones de la salud durante la existencia del individuo, lo que delata su carácter variable.

Si se buscan reflejados puntos de conexión en las definiciones anteriores descritas, se apreciará que el estado saludable transita entre los extremos del bienestar y de la enfermedad, según sus rangos.  En este sentido, es muy didáctico el gráfico ofrecido por Downie y col.[x] en el que se indican las posibles situaciones individuales, según la ubicación de cada persona en un determinado cuadrante. Lo habitual es que un mismo individuo se encuentre  en el transcurso de su vida en diferentes cuadrantes, según las circunstancias concretas de cada período. 

El grado de desarrollo social de cada país condiciona el enfoque del fomento de la salud. En aquellas zonas más pobres será prioritario satisfacer las necesidades básicas de alimentación, infecciones o vivienda, mientras que en los países más avanzados la salud se optimiza combatiendo lacras como la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, los accidentes de tráfico, la depresión o la contaminación ambiental



[i] Piedrola Gil, G.; Del Rey Calero y cols. (1991) Medicina Preventiva y Salud Pública. Ediciones Científicas y Técnicas, S.A., Masson. Salvat. Barcelona. 9ª. Edición.                                                                                                                                        

[ii] Gustavo De Roux G et al: “Participación social y sistemas locales de salud” en J.M. Paganini y R. S. Capote (eds.): Los sistemas locales de salud OPS, Washington, 1990

[iii] Varios (1.984) Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española (Tomo II). Madrid.

[iv] Varios. (1992) Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas. Masson S.A. Barcelona  (13ª edic.)

[v] Parsons, T. (1958) Definitions of Health and Illness in the Light of American Values and Social Structure en: Concepts of Health and Disease, Ed. By: Caplan, A. et al. Reading, (Massachusetts), Addison-Wesley Pu. Co.1881, 57-81.

[vi] Varios. (1946) Organización Mundial de la Salud. Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud.  Conferencia Sanitaria Internacional. New Cork.

[vii] Callahan, D. (1973) The WHO Definition of Health, Hasting Center Studies, 1, nº 3: 77-87

[viii] Lain Estralgo, P. (1984) Antropología Médica, Barcelona, Salvat, Barcelona. Pág. 199.           

[ix] Devis, J. (2000) Actividad física, deporte y salud. Inde. Barcelona. Pág. 16.

[x] Downie, R.S.; Fyfe, C. y Tannahill, A. (1990). Health promotion. Models and values. Oxford University Press. Oxfo

 

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